domingo, 21 de agosto de 2011

El eterno empezar

Una de las cosas que más me llamaba la atención antes de venir aquí era saber que yo iba a cambiar. Mi ilusión aquí era forjar una nueva personalidad, cambiarme para siempre, templado en las experiencias extremas que viviría en la Amazonía. Volver a empezar siendo un nuevo Carlos, mejor y más fuerte.

Pero lo curioso ha sido que tras vivir momentos tan duros, situaciones de vida o muerte relativas, de estar sólo en la frontera de todo, de luchar contra mis peores demonios y hablando en plata, de echarle tantos cojones a esta odisea, no haya visto cambio sustancial en mí. Sigo siendo yo, sigo siendo Carlos Benítez, el mismo tipo, para bien o para mal. Se podría decir que soy más sabio, que tengo más huevos ahora, que tengo claro que hacer con mi vida, y que no le temo a lanzarme al vacío por una causa que yo crea correcta. Pero en esencia, yo ya estaba formado, yo ya era yo, y he tenido que venir aquí para ser consciente de ello. Y como todo en la vida, lo que le da la ilusión al día a día, es vivir en un eterno empezar, ahora tengo que empezar a aceptarme y quererme, que es un ejercicio mucho más complicado que el de encontrarse.

1 comentario:

  1. Me encanta esta entrada. Te recuerdo hablándome de que tenías ganas de encontrar respuestas y llegando a la conclusión de que cuantas más respuestas encuentras más preguntas te haces, que no tiene fin y eso es lo bueno. Me alegra que estar allí te lo esté confirmando y que tengas ilusión por seguir empezando.
    María

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