domingo, 21 de agosto de 2011

Pruebas de valor (2)

Es una putada ir en el cajón trasero de una camioneta durante dos horas por una carretera como la que hay entre Arajuno y Puyo, ósea, una carretera sin asfaltar. Si a eso le sumas que viajas con 4 kichwas, 3 de los cuales están tan borrachos que andan peleándose y discutiendo continuamente, tendrás en consecuencia uno de los grandes placeres que ofrece la Amazonía.

Especialmente uno de los borrachos, que a pesar de haberle repetido treinta veces que no soy gringo, me sigue hablando en inglés y riéndose de mí en castellano, como si no entendiera el idioma de Cervantes, así que opto por ignorarlo. Al rato, comienza a hablar de que tiene una pistola y que donde él vive podría matarme y nunca iría a la cárcel porque nadie sabría de mí. Mientras, gesticula que tiene una pistola y me dispara, no sólo cree que no hablo español sino que también soy idiota. Ya la sangre me hierve, es entonces cuando entre el estruendo de las piedras crujiendo bajo el coche a toda velocidad le grito.

- A lo mejor soy yo quien coge una pistola y te vuela esa puta cara fea que tienes. Antes de que puedas hacer nada te mato yo a ti gilipollas, por mis cojones que te mato.

Mientras yo ya calculaba las posibilidades de un enfrentamiento, para mi sorpresa, el hombre sonríe, me da la mano y se calla. Al rato el borracho duerme plácidamente y el resto de integrantes de la camioneta también me miran satisfechos y en silencio. Al parecer era otra puta prueba de valor, como tantas ya me han hecho pasar y de las cuales no me entero de que están ocurriendo hasta que terminan.

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